Destacado: Aventura de Grenoble (2012)

jueves, 17 de febrero de 2011

Artículo, no paper

Me sorprende leer precios para 2011 de los Mathematical Reviews ¡en papel! Como ya escribí en otra entrada, el BOE les ha tomado la delantera. Me pregunto quién estará subscrito a los MR en papel pudiendo suscribirse al MathSciNet. ¿Es que hay más dinosaurios entre los matemáticos que en la administración? Quizás el uso del término paper es un indicio. En inglés, paper es un sinónimo legítimo de article pero, mientras article pone el énfasis en el contenido, paper lo pone en el soporte material de una forma ya obsoleta de distribución. No me extraña, pues, que los que dicen paper los evalúan a peso. Si ya me parece mal utilizar paper en inglés, peor me parece en castellano, donde resulta un anglicismo evitable. En castellano tenemos "artículo" para esta acepción, y además pone el énfasis donde hay que ponerlo, por lo que no necesitamos anglicismos. El calco "un papel" que alguna vez he escuchado resulta tan extraño que sólo se justifica en el hablante extranjero que está haciendo el esfuerzo de hablar en español. Sí tenemos "papeles", pero se refiere a la documentación o a trabajos inéditos, pero no artículos publicados. Por no hablar del papeleo, algo que todos los matemáticos coinciden en considerar negativo y en quejarse de ello.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Señales de vida (2)

Sé que no doy señales de vida desde el día en que me conseguí conectarme a internet en Groningen. Han pasado 17 meses desde entonces, y he hecho varios viajes desde entonces. A finales de aquel mes (septiembre de 2009) hice un vuelo triangular Eindhoven-Madrid-Marsella-Eindhoven, incluyendo el trayecto Groningen-Eindhoven que me hizo recorrer los Países Bajos de norte a sur. Visité Ámsterdam en dos ocasiones, y en uno de los trayectos de regreso me subí en un tren que indicaba Utrech pero que me metió en Flevoland, una provincia ganada por pólderes a la bahía de Ámsterdam. Al leer Almere en los rótulos de la estación, me bajé para que no me llevara hasta Lelystad, donde acaba la vía férrea. Con el contratiempo, coseguí llegar a Utrech al filo de la medianoche, justo para el último tren que salía hacia Groningen. Este tren, quizás por ser el último, estaba lleno de adolescentes ruidosos y borrachos. Conseguí llegar a Groningen después de las 2 de la madrugada, pero esto no es nada con lo que me ocurrió al intentar regresar a España en diciembre. A casua de un temporal de nieve tuve suerte de aterrizar en Barajas a las 5 de la madrugada del día siguiente y poder tomar un Alvia a Valladolid. Esta odisea me hizo recorrer todas las estaciones intermedias entre Groningen y Schiphol, en particular Amsterdam-Centraal, con todo el equipaje encima y la incertidumbre de si saldría algún tren en la dirección que yo necesitaba.

Una vez instalado en Valladolid, todavía tuve que repetir el periplo en tren a Limoges, con escala en Hendaya y Burdeos, para asistir al coloquio FELIM. Esta vez tuve que hacer noche en Burdeos a la vuelta. Desde entonces no he vuelto a salir de España y me estoy dedicando a acabar la tesis.