huelga general

Me habían advertido tanto sobre los huelguistas, que cuando me los topé me parecieron tan pacíficos como el océano que baña esta estas costas. A eso de las 11 de mañana del miércoles, oía gritos como de una turba y me dije: esto es la huelga. Aparecieron circulando por la avenida Arequipa muchos manifestantes escoltados por la policía. Proclamaban consignas como “viva el paro nacional” o “abajo el gobierno dictador”. Iban ordenados, ocupando sólo una de las calzadas de la avenida, dejando libre la otra calzada y el paseo central. Lo más sorprendente era que llevaban banderas peruanas y gritaban “viva el Perú”, cosa que no me imagino traslada a España. Parece ser que aquí todos aman a su patria, lo que implica odiar a Chile, y cada ideología dice que procura lo mejor para su nación. De ahí, seguramente, esa exhibición de banderas en el Óvalo de Miraflores.
Me enteré por los noticieros que esa manifestación era sólo una de las que convergieron a la Plaza del Dos de Mayo, donde sí hubo disturbios. Menos mal que habíamos decidido visitar la costa el miércoles y el centro el jueves.